
Bienvenidos todos al club de los fieles seguidores de los Juguetes eróticos y sus complementos varios. Y es que para qué negarlo si nos hacen la vida sexual completa!. Si estás sin pareja, te acompañan sin resistencia alguna. Y si la tienes, además de mirar juntos vibrafaccion online, os hacéis regalos mutuamente a cual más excitante y perverso.
A mì me gusta la palabra perversión sobre todo porque ya no es lo que era. La gente de mi generación creció plagada de tabúes hasta el punto de que tocarse era pecado y había que confesarse o tu ruta al infierno estaba cantada. Y los perversos placeres de la carne mortificaban a todo el mundo, sobre todo porque todo ocurría a oscuras, en total penumbra moral y de la otra. Un aburrimiento y una falta de información, así que la gente mataba por ver porno, ver fotos de desnudos y ver a una pareja fornicar en un seiscientos. Pero qué subidón, y eso que ni sabíamos de los Juguetes eróticos de la época. Un sex shop era un antro donde sólo entraban señores “guarros”, “marranos” o los famosos depravados del barrio. Menudo panorama tan triste.
Por lo tanto, en un ambiente tan puritano no cabía más remedio que salieran como setas los perversos sexuales, los depravados y los viciosos. Y ahora ya no quedan o son modernos y han perdido todo el glamour de antaño. Total, que hay que buscar el morbo como sea, esa palabra que posiblemente esté sustituyendo a la perversión, la depravación y el vicio con minúsculas.
A las parejas que buscan Juguetes eróticos en vibrafaccion online nadie les llamaría viciosos. Excepto una tía mía soltera que va a misa de 8 cada mañana y tira zapatillas a la tele si se besan. Ya no quedan viciosos ni pervertidos porque no hace falta. Y eso quizá habría que reinventarlo.
En cambio nos invade una ola de liberalismo que está fenomenal para que por fin dejamos de especular sobre si unas bolas chinas se dejan puestas mientras planchas o un jes extender te lo llevas enfundado a la oficina bajo los pantalones. Un sex shop online es un templo de los sentidos y los Juguetes eróticos se regalan en kit en las bodas.
Es por ello que me gusta el bondage, lo fetish y las prácticas que implican ese punto vicioso y perverso que se necesita cuando pensamos en sexo con Juguetes eróticos. Y me divierte el punto viciosillo de mirar el sex shop.